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Lawrence Lefcort

La llama de la esperanza ilumina la misa del Papa en Tokio



La Llama de la Esperanza se utilizó para encender las velas de la misa de Su Santidad el Papa Francisco en la Cúpula de Tokio, un acontecimiento mundial que tuvo lugar ante más de 55.000 personas.

La Llama de la Esperanza fue entregada al altar católico por la Sra. Chiumi Shinkai, hibakusha (superviviente de la bomba atómica) de segunda generación, acompañada por los sacerdotes Budistas Ryokyu Endo y Joma Mootoka, y la Dra. Alice Kerschbaumer-Schmitzhofer, directora de Earth Caravan Europe. Llovía a cántaros justo antes de la misa del Papa en Tokio, pero justo antes de la ceremonia de apertura las nubes se separaron milagrosamente y dejó de llover. Hacía tanto calor como en pleno verano.

La Llama ha estado viajando por Japón desde septiembre de 2019, visitando iglesias católicas y protestantes, mezquitas y templos sintoístas y budistas a lo largo del camino. Los deseos y oraciones por la paz se añadieron a la Llama de todos los que se cruzaron en su camino.

La Llama de la Esperanza simboliza el deseo de paz de la humanidad. Fue colocada en los altares de las misas oficiadas por el Papa Francisco en Tokio y Nagasaki, al suroeste de Japón, durante su visita a Japón, la primera vez que un Papa visita Japón desde Juan Pablo II en 1981.

En marzo de 2019, la Caravana de la Tierra fue invitada al Vaticano para presentar la Llama de Hiroshima al Papa Francisco. La llama fue tomada de las cenizas de la bomba atómica y ha estado ardiendo continuamente como un símbolo para la paz desde el 6 de agosto de 1945.

Su Santidad sopló las brasas de la bomba atómica de Hiroshima, como acto simbólico por la abolición de las armas nucleares y de todo tipo. De ese acto nació la Llama de la Esperanza para simbolizar la transformación del sufrimiento pasado en paz futura.

La Llama de la Esperanza va más allá de todos los muros: naciones, religiones, razas y culturas, para crear la paz, el sueño común de la humanidad. Después de Japón, la Llama viajará a Oriente Medio y a todo el mundo para encender la esperanza de un mundo más feliz, libre de armas nucleares y de todo tipo.

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